lunes, 1 de marzo de 2010

Botella permite más ruido con su nueva política de contaminación acústica

El nuevo plan de acción en materia de contaminación acústica (el ruido de toda la vida) permitirá unos niveles de decibelios más elevados de los que se prevén ahora en la normativa municipal. Esta transgresora manera de luchar contra el ruido por parte de la concejala del área Ana Botella se deriva de la aplicación de la norma estatal que establece unos umbrales más altos en determinadas zonas.

Este plan, se incrementarían hasta en cinco o más decibelios en zonas residenciales, de ocio y en las consideradas zonas tranquilas. Sobre estas últimas, hemos presentado una alegación para que se instauren en todos los barrios de la ciudad y no se limiten, como ahora, a la Casa de Campo, El Retiro, la Dehesa de la Villa y el Parque Juan Carlos I.
Pensamos que es una “manipulación implícita” que el mapa del ruido de la ciudad, aprobado hace apenas un mes por el equipo de gobierno del Partido Popular, “no incluya focos generadores de ruido de gran envergadura como el aeropuerto de Barajas o la M-40 por tratarse de infraestructuras estatales”. Está claro, tal y como se apunta en otra de las alegaciones de IU que esta circunstancia hace que el ruido se infravalore.

Es obvio, o debería serlo, que el ruido no entiende de competencias y sólo genera molestias a los vecinos que la Administración, en este caso el Ayuntamiento, está en la obligación de atenuar. Cabe recordar que, según los datos del Ayuntamiento, 1,599 millones de habitantes están expuestos a valores superiores a los 55 decibelios y 1,301 millones a 50 aunque, como es lógico serían más si se tomaran en cuenta todas las fuentes de ruido y no se excluyeran algunas de las más importantes.

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