martes, 2 de marzo de 2010

Unas pinceladas sobre la situación ambiental de nuestra ciudad

Hace unos días, nos desayunábamos nuevamente con las declaraciones de la persona que se ocupa del Medio Ambiente en Madrid, doña Ana Botella. Digo nuevamente porque ya se atrevió a pronunciarlas en el Congreso Nacional de Medio Ambiente, ante la estupefacción de los participantes:

“El Planeta está al servicio del ser humano”. “Porque el hombre es el centro de todo. Aunque haya otra corriente que opina que es el hombre el que está modificando esa naturaleza". (¿Será esa otra corriente, la científica?. Estos científicos chiflados....!)

Siguiendo la línea impulsada por semejante afirmación, la Delegada, y por méritos propios, la dirigente política con menos sensibilidad ambiental de la historia de la ciudad de Madrid, se obstina en la “modernidad”. Una modernidad devastadora con la preservación del patrimonio natural de la ciudad pero necesaria para perpetuar los parámetros que sigan haciendo posible este modelo de desarrollo y de consumo, que por cierto, nos han llevado a la crisis económica.

La hipocresía llega a tal extremo que son capaces de aprobar un Plan contra el Cambio Climático en Madrid mientras la concejala de Medio Ambiente, niega la mayor: su existencia.

Los síntomas de la creciente enfermedad que sufre nuestra ciudad en materia ambiental requerirían una intervención quirúrgica de grandiosas dimensiones que, en ningún caso, pretende abordar el Partido Popular, como es natural.

Nada hace evidenciar que el equipo de gobierno esté preocupado por el impacto que supone la crisis económica sobre el medio ambiente. Muchos verán en ella, una gran oportunidad coyuntural para relajar las, ya de por sí, escasas medidas que intentaban equilibrar dos conceptos de imposible convivencia: la defensa del medio ambiente y el actual modelo económico. La mal llamada sostenibilidad, una de las grandes falacias que se repiten a diario en todos los medios de comunicación y en los discursos, tanto del PP como del PSOE, para implantar la idea de que el sistema es perfectamente capaz de respetar el medio sin ninguna consecuencia a medio y largo plazo. Ya estamos comprobando que eso es imposible.

Hoy por hoy, cuesta imaginar la posibilidad de revertir las políticas que se llevan aplicando desde hace dos décadas desde este Ayuntamiento y sus incalculables consecuencias.

El problema de la brutal contaminación atmosférica que sufre Madrid como consecuencia del intenso tráfico, ha sido reconocido por Bruselas, por la Fiscalía de Medio Ambiente y por el Ministerio, pero negado reiteradamente, por el Ayuntamiento de Madrid. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, 2.000 personas mueren al año de manera prematura en Madrid como consecuencia de la mala calidad del aire. Dato, lo suficientemente grave para tomar medidas drásticas que pongan fin a la situación de insalubridad que sufrimos los y las madrileñas.

Son ya innumerables las ocasiones que IU le ha propuesto a Ana Botella, medidas preventivas y paliativas que pongan freno a esta situación y que pasan por la reducción del tránsito de vehículos a motor, cortes de tráfico en los puntos negros, reducción de construcción de aparcamientos dirigidos a los no residentes, impulso a un nuevo modelo de transporte limpio(la bici, como elemento más que anecdótico que le reste espacio a la carretera y no al espacio público). Por supuesto, no nos han hecho ni caso.

Sin embargo, el Alcalde tiene “la solución”: trasladar las estaciones de medición atmosférica de los puntos más negros como el Paseo de Recoletos, Luca de Tena o Paseo de Extremadura a parques y zonas verdes como el Retiro, el Juan Carlos I o el parque de los Tres Olivos. Este Alcalde nuestro sí que es listo! Una solución redonda..¿Para qué medir los niveles de dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión en la ciudad?. ¿Que no les salen los números?, pues se llevan los medidores a cultivar flores!

Alguna que otra conclusión de todo ello. Si el planeta está al servicio del hombre:¿ por qué el hombre (y la “mujer”) respira un planeta enfermo?¿no será que somos “nosotros” los que intervenimos negativamente en nuestro medio?.

lunes, 1 de marzo de 2010

Botella permite más ruido con su nueva política de contaminación acústica

El nuevo plan de acción en materia de contaminación acústica (el ruido de toda la vida) permitirá unos niveles de decibelios más elevados de los que se prevén ahora en la normativa municipal. Esta transgresora manera de luchar contra el ruido por parte de la concejala del área Ana Botella se deriva de la aplicación de la norma estatal que establece unos umbrales más altos en determinadas zonas.

Este plan, se incrementarían hasta en cinco o más decibelios en zonas residenciales, de ocio y en las consideradas zonas tranquilas. Sobre estas últimas, hemos presentado una alegación para que se instauren en todos los barrios de la ciudad y no se limiten, como ahora, a la Casa de Campo, El Retiro, la Dehesa de la Villa y el Parque Juan Carlos I.
Pensamos que es una “manipulación implícita” que el mapa del ruido de la ciudad, aprobado hace apenas un mes por el equipo de gobierno del Partido Popular, “no incluya focos generadores de ruido de gran envergadura como el aeropuerto de Barajas o la M-40 por tratarse de infraestructuras estatales”. Está claro, tal y como se apunta en otra de las alegaciones de IU que esta circunstancia hace que el ruido se infravalore.

Es obvio, o debería serlo, que el ruido no entiende de competencias y sólo genera molestias a los vecinos que la Administración, en este caso el Ayuntamiento, está en la obligación de atenuar. Cabe recordar que, según los datos del Ayuntamiento, 1,599 millones de habitantes están expuestos a valores superiores a los 55 decibelios y 1,301 millones a 50 aunque, como es lógico serían más si se tomaran en cuenta todas las fuentes de ruido y no se excluyeran algunas de las más importantes.