Hace ahora dos meses que en el Pleno del Ayuntamiento
se trató el tema de la nueva reforma energética y sus repercusiones en la
ciudad. Del debate dedujimos que el futuro apuntaba negro y que entre las
consecuencias esperadas Madrid podría perder la optimista cifra de 85,5
millones de euros y acusar un importante daño ambiental, incapaz de
cuantificarse aún y que por ahora parece ampararse
únicamente en el aumento de emisiones de CO2 y la disminución de producción de
energía renovable. El tono general de la cuestión nos llevó a plantearnos temas
más concretos que evidenciaran la problemática futura descubriendo con sorpresa
que el futuro ya es presente. Y es por esto por lo que este mes hemos llevado
al Pleno la gestión y el tratamiento de los lodos de nuestras depuradoras de
aguas residuales.
Supongo que ya se conoce que Izquierda Unida siempre
ha entendido y defendido la Gestión de los Residuos como una de las cuestiones
clave de la ciudad. Los residuos, coincidiremos todos/as, suponen un importante
problema ambiental producto, entre otros, de la industrialización, del aumento
de la producción, del incremento demográfico y del propio consumismo que nos
asola.
En definitiva, defendemos que es importante que
la gente conozca la complejidad y la importancia que supone la producción y
gestión de los residuos que genera su ciudad, sin ese conocimiento es difícil
reclamar las consabidas 3R.
Estaremos de acuerdo en que el mejor residuo es el que
no se genera, sin embargo es cierto que no siempre se puede evitar el residuo y
por lo tanto, es necesario darle un tratamiento adecuado. HAY QUE RECONVERTIR
LOS RESIDUOS EN RECURSOS.
En Madrid existen dos Plantas de Secado de Lodos, la
de la Depuradora Sur en funcionamiento desde el año 2000 y la de la Depuradora
de Butarque operativa desde 2003. Ambas tienen una capacidad de gestión de
400.000 toneladas (290 mil Sur y 110 mil Butarque). En el último año, 2013,
Madrid generó cerca de 237.000 toneladas de lodos, es decir, que la ciudad
genera cerca de 650 toneladas de lodos al día.
Dichas plantas están gestionadas por UTES
pertenecientes a grandes grupos de construcción como Sacyr y Ferrovial por una
concesión de 25 años. Concesiones que terminarían en 2024 y 2026, es decir, que
aún nos quedan más de 10 años de contrato con estas empresas, siguiendo el
modelo de entregar la ciudad al oligopolio que ya conocemos.
Pero ¿Qué ha hecho este ayuntamiento con
los lodos?
Tengamos en cuenta que un lodo para
su aplicación al suelo es obligado someterlo previamente a tratamientos
biológicos, térmicos, químicos o a almacenamientos prolongados. La presencia de patógenos y metales pesados
indica la necesidad de tratar los lodos previo a su aplicación a los suelos
agrícolas.
Fue a partir del año 2002 cuando el Ayuntamiento
comenzó a no aplicar directamente en agricultura los lodos generados en
depuradoras dada la creciente preocupación por los riesgos higiénico-sanitarios
asociados al uso de fertilizantes procedentes de residuos orgánicos.
De tal manera que cuando en abril de 2003 entra en
funcionamiento la planta de secado térmico con cogeneración en la ERAR de Butarque el porcentaje de lodos secados
térmicamente pasan del 66 % del total en 2002 a alcanzar el 98% ya en 2005.
Este aumento del tratamiento mediante secado térmico
conllevó también una correlativa disminución del compostaje desde niveles del
34 % del total de los lodos producidos en el año 2002 hasta el 2 % y 4% en los
años 2004 y 2005. Es decir, cumpliendo los objetivos marcados por el Plan Regional
de Lodos 2003-2006.
Pero
¿Cuál es el panorama actual de la gestión de estos residuos?
Las Plantas están paradas, las dos,
Butarque desde enero de 2014 y Sur desde marzo de 2014, esta última alegando
parón por mantenimiento.
La empresa que gestiona Butarque ha
solicitado la finalización del contrato por inviabilidad (recordemos que tiene
una concesión de 25 años con finalización en el año 2026). Esta empresa
ha abierto un proceso de ERTE para los 12 trabajadores que se hará efectivo a
partir del 1 de junio con una reducción de jornada del 30%, previendo
reducciones más importantes en un futuro.
Lejos de solucionar la problemática
la cuestión ha derivado actualmente en una nueva petición, por parte de la UTE
que gestiona la Planta de Secado de Butarque, de rescisión de contrato por
inviabilidad de actividad. Ya surgió esta misma problemática en 2009 y el Ayuntamiento
justificó la continuación de su actividad amparándose en los periodos
punta y los excedentes generados por las indisponibilidades de la Planta Sur
por mantenimientos y averías, como así se está dando ahora mismo.
En definitiva, por si alguien se ha perdido, ahora
mismo tenemos las dos plantas paradas y no sabemos cuándo dejarán de estarlo,
mientras Madrid sigue generando una media de 650 toneladas de lodo al día.
Pero la solución parece sencilla: ¿Qué no podemos
tratar los lodos? Pues esparcimos los lodos por los campos de municipios de la
periferia de Madrid (Valdemoro, Ciempozuelos, San Martin de la Vega, Aranjuez,
Ontígola, Villamanrique de Tajo…) y además sin tratamiento alguno, por
aplicación directa. ¿Y por qué? Porque sale cuatro quintas partes más barato
tirarlo que tratarlo en un secadero de lodos.
Según el Plan Regional de lodos 2006-2016 en
caso de paro mecánico u otra circunstancia de las Plantas, los lodos deben
llevarse a Valdemingómez para compostaje y solo cuando no sea posible la
gestión de los residuos a través de los sistemas anteriormente citados, se
procederá a su eliminación. El Plan de Regional de nuevo plantea que el
depósito final en vertedero es la última opción, la menos satisfactoria.
Exigíamos el PRINCIPIO DE JERARQUÍA establecido por la
legislación: reducción, reutilización, reciclado y por último otras formas de
recuperación, por este orden y no otro.
Queremos conocer el futuro de las plantas, ahora ya no
son viables, así que olvidamos la enorme inversión que han supuesto (56,7
millones de euros costó la construcción de ambas plantas) y que se pierde
gracias a la poca previsión realizada.
Está claro que las clausuras van a llegar, están
llegando, porque es más barato cerrar que producir, como también es más barato
tirar que tratar, es decir que hasta
aquí llegaba nuestra apuesta y el compromiso ambiental.
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