jueves, 29 de mayo de 2014

El cierre de dos plantas de residuos permite tirar directamente al campo 650 toneladas de lodos al día

Hace ahora dos meses que en el Pleno del Ayuntamiento se trató el tema de la nueva reforma energética y sus repercusiones en la ciudad. Del debate dedujimos que el futuro apuntaba negro y que entre las consecuencias esperadas Madrid podría perder la optimista cifra de 85,5 millones de euros y acusar un importante daño ambiental, incapaz de cuantificarse aún y que por ahora parece ampararse únicamente en el aumento de emisiones de CO2 y la disminución de producción de energía renovable. El tono general de la cuestión nos llevó a plantearnos temas más concretos que evidenciaran la problemática futura descubriendo con sorpresa que el futuro ya es presente. Y es por esto por lo que este mes hemos llevado al Pleno la gestión y el tratamiento de los lodos de nuestras depuradoras de aguas residuales.



Supongo que ya se conoce que Izquierda Unida siempre ha entendido y defendido la Gestión de los Residuos como una de las cuestiones clave de la ciudad. Los residuos, coincidiremos todos/as, suponen un importante problema ambiental producto, entre otros, de la industrialización, del aumento de la producción, del incremento demográfico y del propio consumismo que nos asola.


 En definitiva, defendemos que es importante que la gente conozca la complejidad y la importancia que supone la producción y gestión de los residuos que genera su ciudad, sin ese conocimiento es difícil reclamar las consabidas 3R. 



Estaremos de acuerdo en que el mejor residuo es el que no se genera, sin embargo es cierto que no siempre se puede evitar el residuo y por lo tanto, es necesario darle un tratamiento adecuado. HAY QUE RECONVERTIR LOS RESIDUOS EN RECURSOS.


En Madrid existen dos Plantas de Secado de Lodos, la de la Depuradora Sur en funcionamiento desde el año 2000 y la de la Depuradora de Butarque operativa desde 2003. Ambas tienen una capacidad de gestión de 400.000 toneladas (290 mil Sur y 110 mil Butarque). En el último año, 2013, Madrid generó cerca de 237.000 toneladas de lodos, es decir, que la ciudad genera cerca de 650 toneladas de lodos al día.


Dichas plantas están gestionadas por UTES pertenecientes a grandes grupos de construcción como Sacyr y Ferrovial por una concesión de 25 años. Concesiones que terminarían en 2024 y 2026, es decir, que aún nos quedan más de 10 años de contrato con estas empresas, siguiendo el modelo de entregar la ciudad al oligopolio que ya conocemos.


  Pero ¿Qué ha hecho este ayuntamiento con los lodos? 


Tengamos en cuenta que un lodo para su aplicación al suelo es obligado someterlo previamente a tratamientos biológicos, térmicos, químicos o a almacenamientos prolongados. La presencia de patógenos y metales pesados indica la necesidad de tratar los lodos previo a su aplicación a los suelos agrícolas. 



Fue a partir del año 2002 cuando el Ayuntamiento comenzó a no aplicar directamente en agricultura los lodos generados en depuradoras dada la creciente preocupación por los riesgos higiénico-sanitarios asociados al uso de fertilizantes procedentes de residuos orgánicos.


De tal manera que cuando en abril de 2003 entra en funcionamiento la planta de secado térmico con cogeneración en la ERAR de Butarque el porcentaje de lodos secados térmicamente pasan del 66 % del total en 2002 a alcanzar el 98% ya en 2005.

Este aumento del tratamiento mediante secado térmico conllevó también una correlativa disminución del compostaje desde niveles del 34 % del total de los lodos producidos en el año 2002 hasta el 2 % y 4% en los años 2004 y 2005. Es decir, cumpliendo los objetivos marcados por el Plan Regional de Lodos 2003-2006.



Pero ¿Cuál es el panorama actual de la gestión de estos residuos?


Las Plantas están paradas, las dos, Butarque desde enero de 2014 y Sur desde marzo de 2014, esta última alegando parón por mantenimiento.


La empresa que gestiona Butarque ha solicitado la finalización del contrato por inviabilidad (recordemos que tiene una concesión de 25 años  con finalización en el año 2026). Esta empresa ha abierto un proceso de ERTE para los 12 trabajadores que se hará efectivo a partir del 1 de junio con una reducción de jornada del 30%, previendo reducciones más importantes en un futuro. 


Lejos de solucionar la problemática la cuestión ha derivado actualmente en una nueva petición, por parte de la UTE que gestiona la Planta de Secado de Butarque, de rescisión de contrato por inviabilidad de actividad. Ya surgió esta misma problemática en 2009 y el Ayuntamiento justificó la  continuación de su actividad amparándose en los periodos punta y los excedentes generados por las indisponibilidades de la Planta Sur por mantenimientos y averías, como así se está dando ahora mismo.


En definitiva, por si alguien se ha perdido, ahora mismo tenemos las dos plantas paradas y no sabemos cuándo dejarán de estarlo, mientras Madrid sigue generando una media de 650 toneladas de lodo al día.


Pero la solución parece sencilla: ¿Qué no podemos tratar los lodos? Pues esparcimos los lodos por los campos de municipios de la periferia de Madrid (Valdemoro, Ciempozuelos, San Martin de la Vega, Aranjuez, Ontígola, Villamanrique de Tajo…)  y además sin tratamiento alguno, por aplicación directa. ¿Y por qué? Porque sale cuatro quintas partes más barato tirarlo que tratarlo en un secadero de lodos.





Según el Plan Regional de lodos 2006-2016  en caso de paro mecánico u otra circunstancia de las Plantas, los lodos deben llevarse a Valdemingómez para compostaje y solo cuando no sea posible la gestión de los residuos a través de los sistemas anteriormente citados, se procederá a su eliminación. El Plan de Regional de nuevo plantea que el depósito final en vertedero es la última opción, la menos satisfactoria. 


Exigíamos el PRINCIPIO DE JERARQUÍA establecido por la legislación: reducción, reutilización, reciclado y por último otras formas de recuperación, por este orden y no otro.

Queremos conocer el futuro de las plantas, ahora ya no son viables, así que olvidamos la enorme inversión que han supuesto (56,7 millones de euros costó la construcción de ambas plantas) y que se pierde gracias a la poca previsión realizada. 


Está claro que las clausuras van a llegar, están llegando, porque es más barato cerrar que producir, como también es más barato tirar que tratar, es decir que hasta aquí llegaba nuestra apuesta y el compromiso ambiental.



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